miércoles, 9 de junio de 2010

Declaración de Barquisimeto

A los Trabajadores y Sindicalistas de América Latina y el Mundo

El socialismo es la única alternativa cierta a la crisis del capitalismo

La crisis sobre las espaldas de los trabajadores y los pueblos

Los violentos sacudones de la crisis del capitalismo que hoy se manifiestan en Grecia, España y otros países de la zona del Euro y, particularmente, de la Europa del Este, no son sino las más recientes evidencias de la naturaleza capitalista de la crisis, es decir, que la misma encierra tanto las manifestaciones de su expresión cíclica como las del carácter general del capitalismo y que estalla principalmente en los centros del sistema capitalista imperialista, Estados Unidos y Europa, lo que pone al descubierto la incapacidad histórica del capitalismo para solventar las crecientes demandas de la vida de la humanidad.

No a otra razón responde el reiterativo hecho de que, una vez más, el peso principal de la crisis es descargada con toda su fuerza, sobre las espaldas de los trabajadores y los pueblos.

Sumaron cincuenta millones de trabajadores y trabajadoras en el mundo, que perdieron su puesto de trabajo como resultado de la actual crisis, según datos oficiales de la OIT; y, pese a algunos desvaríos de optimismo de algunas instituciones oficiales, el problema del desempleo y subempleo seguirá asechando y golpeando principalmente a los migrantes, a la juventud, las mujeres y los trabajadores adultos que por su edad no podrán conseguir un nuevo puesto de trabajo pero tampoco una pensión jubilar porque aún no completaron los requerimientos básicos. Son ellos los que suman día a día el creciente contingente de personas en condiciones de vida miserables en el mundo.

Es sumamente ilustrador el hecho reciente de que la Unión Europea actualice y demande los “Tratados de Libre Comercio (TLC)” con los países de América Latina y el Mercosur, precisamente en momentos en que su propia crisis alcanza las más altas expresiones. Una evidencia más de las intenciones de descargar su crisis sobre las espaldas de los trabajadores y los pueblos de América Latina.

Los derechos laborales y sindicales, otro blanco de la burguesía para conjurar la crisis

Con variados argumentos pero siempre bajo el mismo hilo conductor, se despliega en la actualidad una multilateral actividad antisindical de vulneración y cercenamiento de los derechos laborales. Nuevamente se busca poner en primer plano la flexibilización laboral en combinación con un peligroso proceso de criminalización de la lucha obrera, sindical y popular, que alcanza diversas formas y niveles, que pasan por la judicialización de las luchas y llega hasta el asesinato y desaparición de dirigentes sindicales, con la implementación del sicariato y otros métodos represivos. El objetivo, imponer y asegurar condiciones favorables para la superexplotación de la fuerza de trabajo, a través de condicionar una mano de obra precaria, barata, dócil e imposibilitada de ejercer sus elementales derechos; afectando y rebajando también las elementales condiciones de protección de la salud y la seguridad en el trabajo de los trabajadores.

Con denodada fuerza se ataca y estigmatiza las conquistas laborales, en muchos casos se los califica como privilegios, para justificar la satanización de la contratación colectiva y otros derechos adquiridos y justificar su revisión o anulación, principalmente con respecto a los trabajadores del sector público. De igual manera se actúa en relación con los llamados “planes de rescate” en los que se negocia principalmente los recortes de las conquistas de la seguridad social, el congelamiento y hasta la reducción de los salarios y la revisión de otros derechos históricos de los trabajadores.

Una similar situación ocurre con respecto a los derechos de libre asociación y sindicalización que son pisoteados o simplemente negados por la fuerza, tanto de la prepotencia patronal como de autoridades y gobiernos.

La huelga, la lucha frontal en empresas, calles y plazas está siendo la respuesta de los trabajadores a los embates de la crisis

El signo principal de la respuesta de los trabajadores a la crisis sigue siendo la lucha. Múltiples expresiones y variadas formas de lucha del movimiento obrero y sindical está registrando un significativo proceso de recuperación, reanimación y ascenso de la lucha sindical, social y popular.

Millones de trabajadores expresan, en los cinco continentes, el repudio a las intentonas y los planes de la burguesía imperialista y las clases dominantes locales, de recortar y aniquilar los derechos laborales y sindicales. Las poderosas marchas y expresiones del 1ro. de Mayo del presente año, a lo largo y ancho del planeta, en las que se repudió los planes imperialistas y burgueses contra la crisis y se coreó la necesidad del socialismo, ratifican ese proceso. Resulta trascendente que en el corazón del imperialismo, los Estados Unidos de América, en donde la burguesía imperialista ha tratado de borrar de la memoria histórica de los trabajadores esta memorable fecha, hoy, nuestros compatriotas trabajadores migrantes, la hayan recuperado con toda su vitalidad y fuerza.

Destacamos dentro de las fuerzas sindicales en lucha el significativo papel de los trabajadores públicos, uno de los contingentes principales de la movilización y lucha. De igual manera es de gran importancia la incorporación al combate de crecientes sectores del proletariado industrial y de los trabajadores agrícolas.

Un segmento importante de estas fuerzas en lucha actúan también pugnando por un cambio económico y social, aunque aún no esté totalmente claro el norte de sus objetivos; y, una aún pequeña pero creciente franja de trabajadores proclamamos la necesidad de vincular a la justa lucha reivindicativa, la alternativa del socialismo, la lucha por la transformación revolucionaria de la sociedad.

Lo trascendente y significativo del momento actual es el hecho de que, en todos los escenarios en los que se expresa la lucha de clases, se presenta con más fuerza la necesidad cierta de enfrentar las verdaderas causas de la crisis y no solo los efectos de la misma. Lo cual favorece significativamente la posibilidad de esclarecer para los millones, la verdad cierta de que la única alternativa al capitalismo en crisis y descomposición, está en la superación y sustitución por su contrario y superior, el sistema socialista.

Los vientos de cambio siguen soplando en América Latina y el mundo

Uno de los signos fundamentales del momento es la expresión creciente y reiterada de la tendencia democrática y de izquierda en América Latina, que tiene variados comprensiones y niveles pero que se reafirma persistentemente, principalmente en el batallar de los trabajadores y amplios sectores sociales que se oponen y enfrentan las políticas burguesas e imperialistas sobre la crisis.

Se trata de una tendencia que involucra un amplio espectro de fuerzas, tendencias y concepciones que buscan disputarse el apoyo y favor de las masas, aspirantes y anhelantes del cambio, que revela por lo tanto, un particular escenario de contradicciones que se desenvuelven al interior de la misma y que, a momentos, marca el eje principal de las contradicciones de toda la sociedad, lo cual lejos de representar debilidades, cultiva y potencia la fortaleza de la tendencia incluso en circunstancias en que determinados gobiernos que emergieron en su entorno enfrenten un proceso regresivo, de alejamiento y ruptura con la misma.

Una vez más, es el potencial y la práctica de la lucha de las masas y, en particular, el decisivo papel de la clase obrera en su dirección lo que enrumbará el devenir de la tendencia hacia el cauce de la transformación de la sociedad y la construcción del socialismo.

Debemos registrar también en contraparte, el agresivo proceso de fascistización que se impulsa desde el imperialismo con la complicidad de las burguesías criollas, principalmente en algunos países de América Latina, para convertirlos en punta de lanza de la acción contrarrevolucionaria, antidemocrática y proimperialista en la región y que actúa para descaminar los procesos democráticos y de cambio, como ocurrió en Honduras y ocurre hoy en Colombia, Méjico, Perú y otros países. Es ahí en donde se registran el mayor número de dirigentes sindicales y populares asesinados, desaparecidos, torturados y encarcelados, en donde se atropellan sin reservas los derechos sindicales, sociales y humanos. También ahí la clase obrera y los pueblos resisten y desafían las acciones de los gobiernos burgueses y del imperialismo.

El desafío actual para los sindicalistas clasistas y revolucionarios es potenciar las luchas obreras y sindicales por las legítimas reivindicaciones y derechos laborales y elevarlas al campo político, hacia las batallas por la conquista del poder y el socialismo

Los sindicalistas clasistas y revolucionarios somos firmes impulsores de las luchas por las reivindicaciones y derechos de los trabajadores, nos colocamos siempre a la cabeza de todos los sectores de trabajadores que enfrentan dichas acciones, en particular en la actualidad cuando, el propio carácter de las mismas adquiere una dimensión política en el escenario de la profundización de la crisis del capitalismo.

Mas, las luchas reivindicativas aún con la importancia y trascendencia política, no encierran en sí la posibilidad de producir el cambio y la transformación social. Se hace necesario incorporar a la conciencia de los trabajadores la gran importancia de vincular a las mismas el objetivo de la lucha política por el poder, la necesidad de la cabal comprensión de que no hay posibilidad alguna de que pueda producirse la revolución y peor aún, construir la sociedad socialista sin el protagonismo consciente de la propia clase obrera, sin su activo papel dirigente.

Para los sindicalistas clasistas y revolucionarios se hace indispensable por lo tanto, articular la combinación de todas las formas de lucha que cubran los amplios campos de lo económico, ideológico y político y que despliegue y actualice toda la experiencia y potencial histórico de la clase obrera y los pueblos del mundo.

Por lo expuesto, los participantes en el VII Encuentro Latinoamericano y Caribeño de Sindicalistas establecemos:

1. El proceso de reanimación y ascenso de las luchas de los trabajadores y los pueblos enfrentando las secuelas de la crisis del capitalismo, debe reforzarse y elevarse al plano de la lucha por el poder y el socialismo.

2. La solidaridad clasista y revolucionaria hacia todas las luchas que se impulsan en todo el mundo es un deber y un compromiso de todos y debe convertirse en una práctica regular y cotidiana.

3. Los sindicalistas proclamamos la necesidad de desplegar mayores esfuerzos por alcanzar la unidad obrero campesina y con los amplios sectores sociales que protagonizan y se incorporan a la lucha por sus derechos y por el cambio.

4. Establecemos la necesidad de elevar los niveles de coordinación de las acciones de las fuerzas que integramos el movimiento sindical clasista y revolucionario a través de un Comité Coordinador que tenga un funcionamiento regular y encauce los esfuerzos por difundir sus planteamientos hacia el conjunto del movimiento sindical de la región y del mundo, desarrollando variados mecanismos de información y propaganda.

5. Los participantes, destacamos el espíritu fraterno y unitario de todos los delegados a este VII Encuentro, resaltando en particular los esfuerzos de los compañeros anfitriones, a través de los cuales reconocemos y saludamos el extraordinario espíritu revolucionario de la clase obrera venezolana, y a la vez ratificamos el compromiso de proyectar este espíritu hacia el próximo VIII Encuentro Latinoamericano y Caribeño de Sindicalistas.

¡VIVA LA UNIDAD DE LA CLASE OBRERA LATINOAMERICANA, CARIBEÑA Y DEL MUNDO!

¡SANCIÓN A LOS RESPONSABLES DE LOS ASESINATOS Y DESAPARICIONES DE LOS DIRIGENTES SINDICALES Y POPULARES!

¡VIVA LA LUCHA DE LOS TRABAJADORES POR LA REVOLUCIÓN Y EL SOCIALISMO!

Barquisimeto, República Bolivariana de Venezuela, 29 de mayo del 2010